lunes, 21 de marzo de 2016

Valdecilla: El Gran Fraude



VALDECILLA: EL GRAN FRAUDE

                Dieciséis años después del accidente y tras más de una década de obras, por fin hemos inaugurado la 3ª Fase del nuevo Hospital Valdecilla. Y hemos podido ver, una vez más, cómo nuestros dirigentes políticos se apuntaban el tanto sobre su construcción, su financiación, el éxito de su gestión... También hemos podido ver cómo los medios de comunicación local daban cuenta del evento y, una vez más, se quedaban en lo externo, en la fachada: el nuevo Valdecilla es super-moderno y cuenta con unas instalaciones fantásticas.

                Sin embargo, han pasado ya un par de meses desde los primeros traslados a tan esplendoroso hospital y nadie se ha molestado, una vez más, en considerar la humilde opinión de los trabajadores del centro. Probablemente se deba a la falta de costumbre, pues nunca, en todos  estos años de obras y proyectos se les ha preguntado nada a los trabajadores, ni desde la dirección del propio hospital, ni desde los representantes políticos, ni desde los medios de comunicación.

                Pues bien, ya que sabemos que nadie nos va a preguntar, perdonen si por esta vez levantamos la voz y tenemos el descaro de opinar sobre el Hospital de todos los cántabros, desde nuestro doble punto de vista: como trabajadores y como usuarios de sus servicios.

                El nuevo Valdecilla como instalación hotelera puede alcanzar una buena nota, sin embargo, creemos que Valdecilla debe seguir siendo un hospital y, como tal, está más cerca del muy deficiente que del aprobado.

                Es probable que quienes han proyectado y diseñado estas obras (incluidos los políticos, gestores, directores, asesores...) tengan más conocimientos técnicos y una visión más amplia de la de cualquier trabajador del hospital, pero cuando pasas siete horas diarias en las “flamantes” instalaciones, un día tras otro, un mes tras otros, creemos que se adquiere la suficiente autoridad moral como para opinar y, si no es mucho pedir, que se tenga en cuenta nuestra opinión, aunque no deje en buen lugar a muchos de los llamados “responsables”.

                En el nuevo hospital no encontrarán ustedes la más mínima funcionalidad; el reparto de los espacios está pensado para que los trabajadores empleen más tiempo en recorrer pasillos que en atender a los enfermos: almacén en la zona sur, medicación en la zona norte, lencería en la zona sur, útiles de aseo en la zona norte...

                Desde el mal llamado “control” de enfermería, apenas se controla nada de lo que ocurre en la planta. Sólo están a la vista 8 de las 24 habitaciones.

                Los timbres de las habitaciones se han dejado “escondidos” en los marcos de unas puertas retranqueadas, lo que obliga a recorrer el pasillo buscando la luz o desplazarse hasta el control para saber quién llama.

                Las áreas de trabajo y estar de auxiliares y enfermeros adolecen de un notable desprecio hacia estos trabajadores y hacia unas condiciones de trabajo mínimamente adecuadas: El área de trabajo (zona de ordenadores) se ilumina mediante sensor de movimiento. Si se está trabajando en el ordenador no hay movimiento, luego la luz se apaga. En el cuarto de estar caben sólo tres personas, el resto de la plantilla ha de pedir la vez para entrar.

                Todas las ventanas están cerradas con llave. No se ventila ninguna instancia, suceda lo que suceda.

                Pueden parecer datos anecdóticos, pero en realidad son múltiples inconvenientes que interfieren en la realización de nuestra labor y repercute en la calidad asistencial. Y es muy importante, señor lector, que no se quede sólo en el detalle y saque la conclusión de que son quejas de un puñado de trabajadores que no tienen otra cosa de qué quejarse. Permítanos ayudarle mostrándole esta misma realidad desde la perspectiva del paciente.

                Nos vendieron la idea de habitaciones individuales con sofá cama para acompañantes. Luego, en voz más baja, nos dijeron que cabía la posibilidad de doblar y ubicar dos pacientes. La posibilidad se ha hecho realidad desde el primer momento: las habitaciones dejan de ser individuales, el sofá cama se retira y el segundo paciente se sitúa frente por frente del primero, no en paralelo, sino unidos por los pies de la cama. ¿La intimidad?. Es un bien de lujo que el hospital no puede ofrecer.

                El segundo paciente no dispone de televisión (el primero sí), controla solo una cortina (el primero, dos), dispone de dos llaves de luz (el primero de 3), y lo más importante: según entra en la habitación no hay instalación de aspirado (para casos de atragantamiento, flemas...), hay que pedir que traigan un acople.

                Ante esta situación, lo normal es que cualquier paciente se niegue a ser atendido de ese modo, pero la opción que le va a dar el hospital es la siguiente: “Estas son las condiciones, si no está de acuerdo puede pedir el alta voluntaria”.

                Durante más de una década se nos ha pedido a los trabajadores muchos sacrificios y a los pacientes buenas dosis de generosidad. Hemos estado trabajando en condiciones que rayaban la ilegalidad, sin los mínimos requisitos para atender con dignidad, pero siempre pensábamos que era tiempo de sacrificios hasta que acabasen las obras. Los trabajadores hemos visto muchas cosas y hemos callado otras tantas porque todo era consecuencia del accidente y la situación cambiaría cuando el nuevo Valdecilla estuviese terminado. Pero después de todas esas promesas de algo nuevo que iba a satisfacer con creces todo el esfuerzo realizado tanto por trabajadores como por pacientes ¿con qué nos encontramos?.

                Nos encontramos con un hospital que es un fraude. Nos encontramos con que no hay espacio para unas consultas. No encontramos con situaciones de precariedad casi idénticas a las vividas inmediatamente después de la caída del edificio de Trauma. Eso sí, de todo este desaguisado nadie se va a hacer cargo. Los que se pegaban por ponerse la medalla al acabar la obra desaparecen cuando se les pide responsabilidades de un dinero de todos, invertido de esta manera tan chapucera. Pero esto no es lo peor, lo peor es que después de haber estado viviendo una situación precaria durante quince años, sostenidos con la esperanza de un nuevo hospital, ahora nos enfrentamos, si nadie pone solución, a una situación precaria para siempre y sin esperanza ninguna.
                Creemos que la sociedad cántabra debe conocer de primera mano la realidad del hospital y debe movilizarse y hacer llegar su voz al Gobierno Regional y a todas las instituciones. No podemos dejar así el Hospital.

Respuesta de la Consejera

RESPUESTA DE LA CONSEJERA A NUESTRO ESCRITO



Santander - 26.02.2016

La Consejería de Sanidad ha explicado que el funcionamiento diario de las nuevas instalaciones del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla en el Edificio de las Tres Torres ha puesto de manifiesto la aparición de dificultades y problemas en la actividad de los profesionales derivados del diseño previamente establecido.

Estos problemas ya habían sido denunciados públicamente tanto por la Dirección Gerencia del hospital como por la propia Consejería de Sanidad, entre ellos la insuficiencia de espacios para el trabajo médico en las plantas, el diseño inadecuado en el área de farmacia o las instalaciones inadecuadas de la Unidad de reproducción asistida. Otros han sido expuestos públicamente por trabajadores del propio hospital en una tribuna pública en los medios de comunicación.

La Consejería de Sanidad ha aclarado que las nuevas instalaciones del Hospital Valdecilla fueron diseñadas, ejecutadas, entregadas e incluso inauguradas, por el anterior gobierno del PP. También ha destacado que en estos últimos meses se ha procedido a su ocupación, tras un traslado realizado desde las otras instalaciones sanitarias, realizado de forma ejemplar por los trabajadores del hospital, prevaleciendo en todo momento la seguridad para el paciente y los profesionales.

Entre los problemas de diseño detectados se incluyen la falta de sala para el trabajo de los facultativos, lo que ha obligado a readaptar una de las dos salas de espera para este uso. Ha sido necesario modificar el área de farmacia para adaptarla a la normativa vigente, al igual que el área de esterilización, que no estaba suficientemente dimensionada.

Además, ha sido necesario modificar el diseño del área ginecológica, ya que no contaba con la unidad de URA (unidad de  reproducción asistida) y presentaba otros problemas de diseño.

Todas estas modificaciones suponen un importante incremento del gasto sobre los ya 900 millones que se van a pagar en los 20 próximos años por la construcción del edificio y la gestión de los servicios externalizados.

A pesar de las limitaciones que establece el diseño y las características de los edificios, desde la Consejería de Sanidad se ha subrayado la obligación de proporcionar la actividad asistencial que se precisa dentro del hospital, contando con el personal adecuado, la plena seguridad para el paciente y el mayor grado posible de confortabilidad.

"Doblaje" de camas

En relación con el "doblaje" de camas, Sanidad ha recordado que dentro de los hospitales puede haber habitaciones de uso individual, dobles, y habitaciones de uso doble, (son habitaciones que se usan como individuales cuyo diseño está preparada para doblar en caso de necesidad asistencial). De hecho, siempre se han "doblado" habitaciones cuando ha sido necesario, tanto en Cantabria como en cualquier hospital.



Este "doblaje" de camas, es una medida de gestión de recursos ya prevista y habitual, con la que se cuenta en situaciones de necesidad asistencial, ya que es preferible una habitación, con un diseño más o menos confortable, para dos pacientes en una habitación preparada para ello, en vez de la alternativa de pacientes esperando su ingreso, estancias en los pasillos o demoras en la realización de una  intervención quirúrgica.

El nuevo Edificio de las Tres Torres de Valdecilla cuenta con habitaciones individuales y en la parte norte habitaciones de uso doble dispuestas para un solo paciente pero están pensadas para poder ser utilizadas por 2 pacientes.

Esta organización, conocida por todo el personal, permite que estas habitaciones en función de las necesidades asistenciales se puedan doblar, hasta un máximo de 4 por planta. Estas habitaciones son más amplias que, por ejemplo, las habitaciones dobles actuales de la residencia Cantabria.

La Consejería de Sanidad ha indicado que siempre que se precise utilizar una habitación diseñada para poder usarse como doble, está claro que la dirección del hospital lo hará, ya que la principal obligación es asegurar la asistencia y seguridad de los pacientes.

Sanidad ha reiterado que los paciente (máximo 4 habitaciones en cada planta) que puedan estar en una habitación compartida van a ser pacientes con unas características médicas concretas. Se tratará de enfermos que no precisen expresamente por razones médicas estar en una habitación para uso individual (como pacientes graves, aislados, cuidados complejos).

En caso de llevar a cabo este "doblaje" de camas, el personal es suficiente para cubrir este aumento del número de pacientes.

Disponible en l página web del Consjería de Sanidad de Cantabria:
http://www.saludcantabria.es/index.php?mact=News,cntnt01,detail,0&cntnt01articleid=874&cntnt01origid=15&cntnt01returnid=139
 

Respuesta al comunicado de la Consejera



Respuesta al comunicado de la Consejera y declaraciones de la Vicepresidenta

Los abajo firmantes, trabajadores de las tres torres del nuevo hospital Valdecilla, a la luz del comunicado de prensa de la Consejería de Sanidad y de las declaraciones de la Vicepresidenta del Gobierno Regional, respondiendo a un escrito enviado a los medios de comunicación en el que expresábamos nuestro malestar por las deficiencias que presentan las nuevas  instalaciones hospitalarias, queremos manifestar lo siguiente:


1. Agradecemos la rapidez con la que la Consejera, la Vicepresidenta y el Gerente del SCS han respondido al citado escrito.


2. Como profesionales, presentamos nuestras quejas con la esperanza de que nos den soluciones. Determinar quiénes son los responsables de este desaguisado es un tema que será necesario tratar, pero en otros foros. No obstante, muy probablemente el origen de los problemas que arrastra este hospital esté en que durante los últimos dieciséis años (en los que la mitad del tiempo gobernaron unos y la otra mitad los otros), nunca tuvieron  la altura política de poner por delante el interés de la población y el bien común, llegando a un acuerdo consensuado sobre el futuro a medio y largo plazo del hospital, y por ello hemos estado sufriendo continuas modificaciones en cada legislatura.


3. En los comunicados y declaraciones realizados por la Consejera y la Vicepresidenta se alude a deficiencias en los espacios que aún no están siendo utilizados, pero no entran a debatir las cuestiones planteadas en nuestro escrito “Valdecilla: el gran fraude” y, por lo tanto, no dicen cómo tienen previsto solucionarlo: distribución de espacios, carros de basura utilizando los mismos ascensores que los pacientes y los carros de comida; ausencia de bandejas en las camas  que nos obliga a utilizar la mesa del paciente para depositar palanganas, pañales o bateas de curas; sensores de luz en el cuarto de ordenadores que obliga al personal a estar agitando los brazos cada vez que la luz se apaga; el número de habitación sólo se ve si se transita en una determinada dirección; luz de los timbres “escondida” en el retranqueo de las puertas; baños con mampara que dificulta el aseo de asistidos y con desagües mal colocados que no “tragan” el agua y generan pozos;  distancias kilométricas  hasta servicios como el banco de sangre, farmacia, vestuarios o dispensador de uniformes; cartelería informativa insuficiente... y a lo que añadiremos los remates de obra y la deficiente calidad de los materiales.


4. En cuanto a la cuestión de doblar habitaciones, ningún profesional se niega a ello. Lo que hemos puesto sobre el papel es que la actual colocación de las camas es totalmente inadecuada, no respeta en absoluto al paciente y dificulta la labor asistencial.


5. Las habitaciones con posibilidad de ser dobladas, según el folleto informativo “Valdecilla 2015. Dosier de prensa presentación de la fase final de las obras del hospital” de 2013, tenían las camas en paralelo y orientadas hacia las ventanas. Esa es la ubicación que reclamamos. Lo cual precisa modificar los cabeceros con las llaves de luz, tomas de oxígeno, vacío, etc.


6. Con respecto al número de habitaciones dobladas, la afirmación de la Consejera: “En caso de llevar a cabo este `doblaje´ de camas, el personal es suficiente para cubrir este aumento del número de pacientes”, señalar que plantas con 26 pacientes (pudiendo aumentarse a 28), solo disponen de un auxiliar de enfermería en el turno de noche. ¿Suficiente?


Por todo ello seguimos reivindicando soluciones para poder ofrecer la calidad en la atención que toda la sociedad de Cantabria espera recibir de su Hospital Valdecilla.

Escrito de "El Defensor del Paciente"

Escrito de la Asociación del Defensor del Paciente dirigida al Presidente de Cantabria




Madrid, 15 de Marzo 2016
Att. De D. Miguel Ängel Revilla, Presidente de Sanidad de Cantabria

           Muy Señor Nuestro:
          Nos dirigimos  a Vd. para adjuntarle lo que nos ha llegado, después de muchos años de obras, en noviembre del pasado año se inauguraron las nuevas instalaciones de la Fase III del hospital. Con problemas serios para los que los trabajadores  han hecho públicas las deficiencias de las instalaciones a la hora de poder trabajar, haciéndolo en condiciones indignas tanto para ellos como para los pacientes, en las habitaciones (maravillosas) en las que se ubican dos camas en un espacio pírrico como demuestra el video que le enviamos. Aunque es de mala calidad, se puede apreciar la situación en que se encuentran los pacientes cuando ingresan en dichas habitaciones.

Según tenemos entendido, las habitaciones de la zona sur (12) son todas individuales sin posibilidad de poner dos camas, pues no hay cabeceros ni tomas de oxigeno o vacío.
Las habitaciones de la zona norte (12) realizadas para un solo paciente, tienen todas doble cabecero, es decir, las doce pueden ser dobladas (acoger a dos pacientes). De momento se están doblando un máximo de cuatro habitaciones, lo que hace un total de 28 pacientes en la planta.

La cama "original" de estas habitaciones, dispone de toma de oxigeno, vacio, mando con alargadera para llamar al timbre y encender la luz, llave para subir o bajar dos de los tres estores de las ventanas, mando de la televisión...
Cuando en la habitación se coloca a otro paciente, el cabecero "supletorio" obliga a situar esta cama enfrente (pies con pies) de la "original", con lo cual, el derecho a la intimidad de ambos pacientes desaparece del mapa, si uno tose... va derecho al otro, si hay que sondar a uno, el otro está de frente, si hay que asear a uno, el otro está de frente... Un lujo de habitaciones.
Añadamos a esto que la cama "supletoria" tiene el cabecero en un lateral, el mando del timbre no incorpora llave de luz, con lo que para poder encenderla debe utilizar la que se encuentra encastrada en el cabecero del lateral. Las tomas de oxigeno y vacio se acoplan mediante unos tubos, semejantes a los de la bombona de butano, que van desde el cabecero a una barra colocada para colgar el caudalímetro, el manómetro del vacío y el contenedor del aspirador. El paciente de esta cama "supletoria" dispone del mando del tercer estor de la ventana, no tiene mando para ver la tele, y si quieren verla los dos al tiempo tienen que estar levantados sentados en el lado de la ventana. Cuando la habitación se dobla, el sofá-cama destinado a los acompañantes se retira de la habitación por falta de espacio.

Todas las camas, tanto de la zona norte, como de la zona sur, carecen de bandeja en la zona de los pies. Esta bandeja se utiliza para situar sobre ella los útiles de aseo (palangana, esponjas, toallas, pañales...) y las bateas de las curas... Es decir, elementos "sucios". Al carecer de este dispositivo, el personal se ve obligado a utilizar las mesas en las que se después  se colocarán las bandejas de las comidas, donde el paciente leerá, etc.

Con todas estas carencias, que U.d. conoce o debería conocer y que lógicamente deben subsanarse por decencia. Como no puede ser de otra forma, le pedimos-exigimos que la "decencia" impere para pacientes y personal y que estos sean tratados con la dignidad que querría para Ud.

Atentamente: Carmen Flores (Presidenta)